martes, 18 de octubre de 2011

Se presenta: Juan Carlos Sánchez

JUAN CARLOS SANCHEZ ALVAREZ
  • Canta Autor
  • Musico Guatemalteco
  • Livingston, Izabal
  • Mensajero de los Ancestros, Ounagülei
  • Bachiller en Ciencias y Letras con Orientacion en Computación
Los inicios...

Sus primeros días los vive entre los barrios de su comunidad de Livingston-Labuga: el centro, aldea Lawaira y Pueblo Nuevo hasta sus siete primaveras. Luego se traslada a vivir en el barrio San José y actualmente desde 1992 vive en el barrio Nevago.

Su nombre honra la amistad entre su padre y un  europeo llamado igual con quien jugaban juntos al futbol.

A  Juan Carlos la música lo atrapa en los tiempos gloriosos del famoso cantante de reggae Bob Marley. Vivia en la casa de su abuela en donde había un enorme espejo y una sala espaciosa y a veces con una escoba como pedestal y un micrófono invisible incorporado, imitaba y cantaba junto a la radio las canciones de Bob. “El nene” - como le llamaban cariñosamente- instaló en el patio de aquella casa un instrumento hecho con un montón de latas de leche al cual llamaba “la batería” y en el que improvisaba diversos ritmos como Soca, Calipso y Reggae.

Durante su paso por Escuela Secundaria, fue trascendental una clase de música para la que debió memorizar y cantar una canción con la que más se identificaba. A partir de sus prácticas frente al espejo en la sala de su abuela, comenzó a vivenciar y a creer firmemente en sus condiciones artísticas.

A la par de desarrollarse como deportista desde 1,985 (Futbol a nivel municipal, Baloncesto a nivel Departamental, Atletismo Centro América y el Caribe y baile a nivel local), empieza a cantar en solo en su casa, hasta que un día se convenció de que estaba listo para incorporarse a un conjunto musical. Por ello, visitó el lugar en donde ensayaba el grupo Aguru (Escorpion) –famoso en aquel momento de apogeo del punta rock- y mientras practicaban la canción de “Sopa del caracol”, Juan Carlos sintió que los cantantes no podían entonarla correctamente. Entonces se acercó a uno de ellos y les dijo: -Yo puedo cantarla-mientras tomaba el micrófino.  El cantante lo miró desafiante y le contestó: -¡Oye!¡Deja eso allí! Hasta a un lado. Fue en ese momento en el que Juan Carlos se dio cuenta de que definitivamente ya estaba listo.

Así fue formando parte de diversas agrupaciones como Kenya y La Super Banda Canela (Chiquimula). Fue durante sus presentaciones con ésta última banda en donde cantaba punta-rock cuando sintió que necesitaba estudiar otros instrumentos además de cantar, tal como lo hacían los cantantes de esa agrupación. Fue así que comenzó a practicar bajo y batería hasta que luego de un tiempo, cuando cursaba su cuarto año de Perito Contador en la localidad de Puerto Barrios, envuelto en algunos “asuntos sentimentales”, abandonó sus estudios formales y el destino le presentó la oportunidad de comprar la guitarra de un amigo por veinticinco quetzales. Con su guitarra en mano, un “método fácil para guitarra” de quince quetzales, las ganas de cantar historias de su pueblo y la ayuda del finado maestro Sidu, se inició en los misterios de los toques de paranda garífuna.

En los noventa, con todo ese aprendizaje, se muda a Dangriga, Belice y nuevamente el destino le juega la carta del encuentro. Esta vez a través de Titiman Flores, quien escuchó atentamente al joven Juan Carlos y sus ganas de dedicarse a tocar e inmediatamente lo invitó a participar de su proyecto, con el cual debían salir al otro día, puesto que tenían un trabajo y necesitaban un guitarrista.

Allí se presentaba la oportunidad de tener un empleo en lo que a Juan Carlos lo apasionaba. A pesar de su ansiedad y el no sentirse preparado totalmente, continuaron invitándolo a los ensayos. Buscando y transitando ensayos se encontró con sus amigos de Sound City Band poco antes de que se convirtieran en los famosos Punta Rebels, entonces aquel bajista delgadito hoy Super G y su pianista, complacieron sus deseos de hacerle una prueba musical en una habitación. Pese a la amabilidad y predisposición, Juan Carlos nuevamente sentía que aún le faltaba realizar otros recorridos para lograr su objetivo. Entonces decidió buscar empleo en otro lado.

Continuó transitando diversos trabajos con gente que conocía debido a su actividad espiritual con la comunidad. En 1989 había sido elegido como ounagülei, mensajero de los ancestros y tenía un rol importante en las ceremonias Chugu y Dugu de culto a los ancestros. Trabajó en una constructora y después de una temporada regresó a su hogar: Labuga donde se inició una etapa muy intensa de práctica para seguir su sueño, su ilusión, su destino: ser Parandero y Punta rakero.

Luego de ese período, Juan Carlos sabía que podría jugar una carta importante en su destino. Solo debía buscar la oportunidad. Entonces regresó a Belice y sucedió: Se encontró con un conocido de nombre Babam el bombero de la ciudad de Dangriga que había visto tocar anteriormente en PG y le dijo: -Busco trabajo. Yo canto y toco guitarra.

-Ve con Puts Titiman o con otro- Contestó Babam. Pero al rato, se dio vuelta nuevamente hacia el entusiasta parandero y le dijo –Ok, ven a un ensayo y veremos tu capacidad.

El lugar era a la par del mercado allí en Dangriga, en uno de los cuartos del edificio bomberil. Allí estaban: Maestro en el bajo, Maimi y Mohobob cantando, Babam en el teclado, Higings en la concha de tortugas, Peru guitarra uno y Juan Carlos probando en la segunda guitarra. Fue una comunión inmediata, Juan Carlos pasó la prueba se quedó con ellos una buena etapa de su vida musical, donde tuvo la oportunidad de prepararse y desarrollarse aún más.

El grupo se llamaba Sound City Band y un día, después de un gran concierto en la playa por la fiesta y celebración de la llegada de los Garífunas a Belice, Juan Carlos sintió que su función musical había llegado a un límite, lo que, sumado a algunos inconvenientes económicos lo hizo tomar nuevos rumbos regresando a su querido pueblo feliz despues de esa gran prueba, donde compartió sus experiencias en algunos grupos como Silmo Boys.

Melodías como Megeinumutibu y Gurasu o Tabugie gabana, Con, con, con numari, daraba bena, son los más conocidos en la comunidad de Labuga Livingston.

El presente...

Así es como Juan Carlos Sanchez inició con humildad, trabajo y dedicación una trayectoria que lo han llevado a participar en gran cantidad de eventos, entre los que se destacan:
  • Fiesta Internacional de la Musica Europea en Italia 2009
  • Taller sobre Musica AFRO 2009 y 2010 en Costa Rica
  • Gira con en Ensamble Afrocaribe por todo Centro America, Republica Dominican y Haiti 2010
  • Ensamble Afrocaribe Madrid 2011 en Madrid

Estos eventos son el resultado del seguimiento de su vocación y su pasión, de largos viajes, trabajos ad honorem e intercambio con músicos en New York, Belice, Europa, Nicaragua, Honduras y Guatemala.

En la actualidad, Juan Carlos se encuentra abocado a la tarea de rescatar, estudiar y promover las expresiones tradicionales Garífunas. Particularmente en Livingston, Guatemala, su pueblo, se ha impuesto el reto de preservar y mantener la expresión artística del Paranda con Guitarra.

Para lograr un avance significativo en este sentido, debemos preparar a los jóvenes para que aprendan todo sobre este género, llevar con cada uno de ellos todas las experiencias vividas en talleres, encuentros y conciertos formándolos como instructores y promotores culturales. Es lo que me mantiene ocupado, dando pasos a veces no a mi altura, pero lo hago con el único fin de conquistar el saber y ayudar al engrandecimiento artístico de nuestra cultura” Expresa Juan Carlos Sanchez en relación a su misión actual, una actividad que sin dudas la cultura garífuna necesita sea llevada adelante y de manera urgente por los propios protagonistas de su maravillosa historia. Pues sin dudas el mundo necesita retumbar al ritmo de las parandas que solo Juan Carlos puede expresar desde las cuerdas de su guitarra, que vibran con el conocimiento ancestral de todo su pueblo.

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