jueves, 20 de enero de 2011

Instrumentación Musical Garífuna

Garawon (El tambor)

Correspondiente a las tres vertientes de nuestra cultura española peninsular, indígena y africana,  y tienen estas dos últimas una calidad ritual, porque la percusión de los parches se vuelve sagrada al acompañar a la danza, que a su vez nunca deja de ser sagrada.

El tambor como de origen prehispánico, aunque igualmente puede ser africano visto en Centroamérica en los años 1849 aproximadamente: El tambor era y sigue siendo un instrumento favorito de Centroamérica. Usualmente está formado por una pieza hueca de madera, que se golpea con bolillos. Algunos nativos usaron cortos pedazos de bambú en cuyos extremos se tensa una piel, se sostiene el tambor con la mano izquierda y se golpea con la punta de los dedos o los nudillos de las manos derecha, marcando así el ritmo de la canción, mientras el ejecutante asume las más extrañas y extraordinarias poses. Estas dos variedades de tambores fueron igualmente conocidas por los antiguos mexicanos. Al que golpeaban con la mano llamaban huehuetie, objeto antiguo y al tocado con bolillos, teponaztli, tambor.

Los tambores aborígenes se quedaron en el rito, más cercanos a la tristeza monótona, los africanos desbordaron hacia la calle y entraron en los salones para embullar todo el Caribe marcando en los bongoes, las timbas y las tumbadoras.

Los tambores ngomas de los congos recibieron diferentes nombres en América: tambor yuca en Cuba, y en Santo Domingo atabales o palos congos, con lo que adoptaron nombre castellano. En Brasil, donde se cruzan y descruzan las influencias africanas, existe un atabaque, nombre bajo el que se designa un tambor cónico de un solo parche, y que tiene diferentes tamaños, se toca generalmente en batería de tres, muy parecido al tambor mina, de los minas que llegaron como esclavos a Centroamérica. 

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